Ilustres Zulianos: La historia del guardián del Lago, Pablo Emilio Colmenares Bottaro


Hoy, la sección «Ilustres Zuliano» rinde un sentido homenaje a un gran hombre que ha hecho del cuidado de la cuenca del lago de Maracaibo su estilo de vida. Pablo Emilio Colmenares Bottaro, un nombre que resuena en la historia ambiental de Venezuela, es reconocido por su incansable labor en pro de la preservación de uno de los recursos más valiosos del país.

La Historia de un Compromiso

Táriba, 1936. En un pequeño rincón del Estado Táchira, nace un niño que, años más tarde, se convertiría en un pilar fundamental de la lucha ambiental en Venezuela. Pablo Emilio Colmenares Gottaro, con su voz pausada y reflexiva, nos lleva a través de su vida, marcada por un profundo compromiso con la tierra que lo vio nacer y el lago que ha sido su mayor preocupación.

1957. Con el sueño de convertirse en ingeniero civil, Pablo se traslada al Zulia, donde comienza su formación en la Universidad del Zulia. En 1962, se gradúa, y así inicia su carrera profesional, que lo llevará a realizar obras hidráulicas en la zona sur del lago de Maracaibo. A lo largo de su trayectoria, se destaca la labor de saneamiento de 30 mil hectáreas entre 1963 y 1983, un esfuerzo monumental que lo llevó a ser nombrado autoridad única hidráulica de la región.

Abril de 1977. La historia ambiental de Venezuela comienza a tomar forma con la creación del Ministerio del Ambiente. Pablo, como cofundador y primer director de ambiente del estado Zulia, se convierte en un pionero de la conciencia ecológica en el país. La firma del acuerdo de Estocolmo en 1972 había sembrado las primeras semillas de un movimiento que exigía un mundo habitable. Con su liderazgo, el Zulia se transformó en un referente de limpieza y orden, implementando el reciclaje y la gestión de residuos.

1980. En este año, se funda el Instituto Municipal del Aseo Urbano, donde Pablo resalta la importancia de considerar la basura como un tesoro. Su visión innovadora permitió que parte de los ingresos generados por el reciclaje dieran vida a una sede propia para el instituto. La ciudad, bajo su dirección, se posiciona como la más limpia de Latinoamérica.

1999. Tras años de arduo trabajo, Pablo se jubila, pero no se aleja de su pasión. Aún en la actividad privada, su compromiso con el medio ambiente no flaquea. Durante su presidencia en el ICLAM, se desarrollan proyectos vitales para el tratamiento de aguas en Cabimas y Ciudad Ojeda, y se reanudan trabajos en la Planta Sur de Maracaibo.

2004. Junto al Dr. Roger Nava y la Dra. Adinora Oquendo, Pablo funda la Asociación para el Control y Preservación del Lago de Maracaibo. Con la creación de cátedras libres, como la CLAPEP de la URBE, se busca fomentar la educación ambiental y crear conciencia sobre la riqueza de la cuenca hidrográfica. Pablo enfatiza que el lago de Maracaibo no es solo un recurso; es un emporio de riquezas turísticas, pesqueras y mineras, con más de dos millones de hectáreas de suelo fértil.

Reflexiones sobre el Lago. A lo largo de su vida, Pablo ha sido testigo de la transformación del lago, que ha pasado de ser un recurso vital a enfrentar serios problemas de salinidad y contaminación. Con la explotación petrolera iniciada en 1914, el lago ha sufrido cambios drásticos. En sus palabras, “el lago no fue descubierto, siempre ha existido”, y su historia está marcada por la intervención humana. La salinidad, que antes era de 400 partes por millón, ha aumentado a más de 3,000, afectando la fauna y flora de la región.

La Educación Ambiental. Pablo sostiene que la educación ambiental es crucial para el futuro de la cuenca. “No podemos seguir creciendo de espaldas al lago”, dice, refiriéndose al crecimiento urbano desmedido que ha ignorado la importancia del ecosistema. La conciencia ciudadana y el cumplimiento de las leyes son fundamentales para revertir el deterioro ambiental.

Un Legado Familiar. A pesar de sus logros profesionales, Pablo destaca con orgullo su familia, llena de hijos y nietos que han seguido su ejemplo. Su mayor satisfacción radica en haber transmitido valores de compromiso y responsabilidad hacia el medio ambiente a las nuevas generaciones.

Mirando hacia el Futuro. A medida que avanza la conversación, se siente una mezcla de esperanza y preocupación en la voz de Pablo. La recuperación del lago de Maracaibo es una tarea monumental, pero no imposible. “Si no hacemos el esfuerzo suficiente y las leyes no se cumplen, veremos cómo nuestros lagos se deterioran”, advierte. Su mensaje es claro: el futuro del lago y de la región depende de la acción colectiva y de un cambio de mentalidad en la sociedad.

El domingo 22 de septiembre del 2024, la Asociación Civil para la Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo (ACLAMA) anunció con tristeza el fallecimiento del ingeniero Pablo Emilio Colmenares Bottero, presidente fundador de la organización.

Así, la historia de Pablo Emilio Colmenares Gottaro es un testimonio de dedicación y pasión por el medio ambiente. Un legado que continúa inspirando a quienes buscan cuidar y preservar uno de los recursos más valiosos de Venezuela.

Este homenaje es un reconocimiento a su dedicación y pasión por el cuidado del lago de Maracaibo, un testimonio de que la acción colectiva y el cambio de mentalidad son esenciales para preservar nuestros recursos naturales. Pablo Emilio Colmenares Gottaro es, sin duda, un ilustre zuliano que ha dejado una huella imborrable en la historia ambiental de Venezuela.


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